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En un entorno cada vez más abierto, fragmentado y virtual, el control de datos es un asunto vital para los diferentes agentes implicados en la cadena de valor inmobiliaria. El objetivo es pasar de un entorno de big data a una gestión controlada de smart data.

No puede haber edificios inteligentes sin datos. Los edificios del futuro serán capaces de producir, trasladar, almacenar e importar volúmenes ingentes de datos. ¿Pero qué hacer con esa gran cantidad de información? ¿Cómo gestionarla?, ¿dónde almacenarla?, ¿hacia dónde dirigirla? En resumen: ¿dónde ubicar la información del edificio inteligente? ¿En objetos o equipos conectados?, ¿en servidores?, ¿en la nube?

Las respuestas a todas estas preguntas dependerán, naturalmente, de la configuración del lugar (de su tamaño, de si hay un solo sitio o varios); de su complejidad técnica (despliegue de aplicaciones de IoT, densidad y extensión de las redes), y de su función (sede o sucursal, tipo de actividades que alberga), así como de los agentes implicados (ecosistema de subcontratistas).

Sin embargo, Julien Delbecchi, responsable de sistemas de información de VINCI Facilities (VINCI Energies), puntualiza: « Más allá de la diversidad de las situaciones, una estrategia de almacenamiento de datos se sustenta en tres factores invariables: seguridad, rendimiento y control de costes. Este triple objetivo es lo que debe guiar las decisiones, y no la facilidad logística ».

Pero no es tan fácil. Hay que hacer frente a la proliferación de centros de datos dentro y fuera de los edificios y, sobre todo, al crecimiento exponencial de las aplicaciones en la nube. Y es que cuanto más « inteligente » es el edificio, más conexiones acumula entre bases de datos centrales, centros de datos y aplicaciones en modo SaaS (software como servicio) externas, por un lado, y funciones empresariales (contabilidad, gestión de nóminas, calendarios compartidos, CRM, etc.), por otro.

« Shadow IT »…

Lo peor es que esta sedimentación en cascada de las conexiones suele ser ajena a cualquier control. Es lo que se conoce como shadow IT, un verdadero punto ciego de los sistemas de información, que podría suponer más del 30% de los gastos en TI.

Mientras se calcula que una empresa recurre, en general, a dos o tres grandes infraestructuras de nube pública (Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google Cloud Platform), un estudio realizado en Francia en el año 2017 por el Club de Expertos en Seguridad de la Información y Digital (CESIN, por sus siglas en francés) sitúa el número medio de aplicaciones SaaS que utilizan las empresas en torno a las 1.700.

« El objetivo es que los datos del cliente permanezcan donde está el cliente, es decir, en el edificio. »

Para garantizar de forma óptima el rendimiento de los edificios y poder poner en marcha intervenciones técnicas o de mantenimiento adaptadas a las necesidades, la gestión de edificios (o facility management) no solo debe poder conectar sus propias aplicaciones de GTE (gestión técnica de edificios) y de GMAO (gestión de mantenimiento asistido por ordenador) a las aplicaciones de sus clientes que explotan y/o ocupan un edificio, sino que debe asegurarse el acceso a la información más útil, la que alberga un valor informativo y operativo real para las diferentes hipótesis de intervención.

En esta nebulosa multinube, se trata de (re)tomar el control de los datos y pasar de un entorno de big data a una gestión controlada de smart data.

« El objetivo es que los datos del cliente permanezcan —en la medida de lo posible— donde está el cliente, es decir, en el edificio. La idea es organizar y estructurar los datos antes de trasladar lo que deba trasladarse a bases de datos exteriores, en función de criterios predefinidos de importancia crítica, utilidad y urgencia », explica Julien Delbecchi.

y edge computing

La respuesta podría estar en el edge computing, o red distribuida abierta de microcentros de datos. ¿Cómo funciona? Los datos se envían directamente a un pequeño periférico local, que los almacenará, procesará y analizará antes de enviarlos a la nube o a un centro de datos distante. « En colaboración con la start-up SpinalCom, estamos creando una arquitectura que permitirá conectar los centros locales de nuestros clientes y nuestras propias bases mediante dispositivos genéricos. El objetivo no es en absoluto imponer un nuevo estándar, sino crear un lenguaje común para desplegar nuestras soluciones de un edificio a otro de forma fácil y rápida, y con el menor coste », aclara Julien Delbecchi.