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En Tranås, Suecia, la flamante escuela aúna modernidad, funcionalidad y sostenibilidad. Detrás de sus instalaciones eléctricas innovadoras y ecológicas están el conocimiento y la experiencia de Emil Lundgren, filial de VINCI Energies.

Al iniciar el curso 2025, los alumnos de la ciudad de Tranås, en Suecia, se han encontrado con un centro totalmente nuevo: Granelundsskolan, situado en el barrio de Norraby. Fruto de una colaboración entre el ayuntamiento, AB Tranåsbostäder (gestor inmobiliario de la ciudad), NCC (empresa de construcción y obras públicas) y varios arquitectos y consultores, el proyecto ha sido pensado para aunar funcionalidad, sostenibilidad y estética.

Con sus 8.400 m², distribuidos en tres bloques interconectados, el centro puede albergar hasta 600 alumnos, desde educación infantil hasta sexto de primaria. Incluye aulas, un centro de actividades extraescolares, un gran comedor y un gimnasio de 300 plazas que se ha construido según los criterios “Plata” del Consejo Sueco de Construcción Sostenible (SGBC).

En este proyecto ha colaborado estrechamente la empresa Emil Lundgren, filial de VINCI Energies, que se ha encargado de todas las instalaciones eléctricas. El responsable de proyecto, Alexander Almegård, repasa una aventura técnica y humana de más de dos años. “Hemos estado implicados desde las primeras etapas, trabajando en el diseño y la elaboración de los documentos técnicos”, destaca.

Desde la primavera de 2023, el equipo de Emil Lundgren ha estado trabajando en la fase de diseño, y luego en la de producción, a partir de enero de 2024. “En el apogeo de la obra, éramos entre 12 y 14 instaladores. El proyecto se finalizó en mayo de 2025, para estar listo para la vuelta al colegio en otoño”, detalla el responsable de proyecto.

Un reto técnico, ecológico y organizativo

Emil Lundgren movilizó todo su conocimiento y experiencia: iluminación interior y exterior, suministro eléctrico, fibra óptica, sistemas de seguridad y de comunicación y una parte de los encargos de ventilación y aire acondicionado, sin olvidar una instalación solar de envergadura.

Pudimos juntar a instaladores experimentados con otros más jóvenes para que estos últimos adquiriesen experiencia en un proyecto complejo y sostenible”

“Instalamos 400 paneles fotovoltaicos para una potencia de 172 kWp, que producen energía durante todo el día. También preparamos el equipo necesario para futuras baterías de almacenamiento”, destaca Alexander Almegård.

Más allá de la eficiencia energética, en el proyecto enseguida se tuvo en cuenta la dimensión ecológica. “Desde el diseño, propusimos puntos de luz con un bajo impacto medioambiental. Con algunas cajas de conexiones de cartón compacto se reduce en un 81% la huella de carbono, y en otras se utiliza contrachapado de pino con chapa de abedul”.

El reto no solo era técnico y ecológico, sino también organizativo. “Como instaladores eléctricos, dependemos mucho de cómo avanzan los demás profesionales. La clave fue la planificación y la colaboración. Trabajamos con planes exclusivamente digitales, lo que facilitó los controles y redujo los errores”, explica Alexander Almegård, que añade que la cooperación con NCC y el resto de los colaboradores también fue ejemplar. “Se trataba de un proyecto colaborativo. Los responsables de proyecto, los clientes, los consultores e incluso los instaladores compartían la misma visión. También recibimos el apoyo de otras empresas para determinadas tareas, lo que muestra la valiosa ayuda que nos prestábamos entre nosotros”.

Este proyecto ha sido, además, una oportunidad para transmitir competencias. “Pudimos juntar a instaladores experimentados con otros más jóvenes para que estos últimos adquiriesen una experiencia concreta en un proyecto complejo y sostenible”, cuenta con satisfacción el responsable de proyecto de Emil Lundgren.

14/11/2025