El fabricante de arpas Camac ha confiado a Tunzini Le Mans la instalación de los sistemas de climatización de su nuevo taller, al oeste de Francia. Un ejemplo de cómo la tecnología de climatización se pone al servicio de la creación artesana para garantizar un sonido excepcional.

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No es precisamente en la música donde esperamos encontrar tecnología de climatización. Y, sin embargo, así es. La empresa Camac, la única fábrica francesa de arpas clásicas y celtas, comercializa desde hace más de cincuenta años sus instrumentos por todo el mundo desde el corazón de la campiña de Mouzeil, en Loire-Atlantique, al oeste de Francia. Todavía hoy, a pesar de disponer de algunas máquinas de mecanizado, en esta fábrica familiar que cuenta con la etiqueta de “empresa del patrimonio vivo”, el trabajo sigue siendo esencialmente manual.
El fabricante de arpas, instalado desde 1972 en un taller que se ha quedado pequeño a pesar de las sucesivas ampliaciones, finalmente decidió dotarse de unas instalaciones dignas de su cometido. El plan incluía la ampliación del espacio y, sobre todo, la instalación de cabinas de proceso.
En estos espacios tan controlados es donde se llevan a cabo las fases más delicadas: montaje, encolado y barnizado de los instrumentos. Y es que, detrás del trabajo manual de la madera, se esconde una complejidad técnica insospechada, donde cada grado cuenta para la calidad final del sonido.
“Para garantizar la acústica de las arpas, la temperatura debe regularse con precisión en cada una de las cabinas”, explica Maxime Pertuzon, responsable del departamento de estudios y gestor de proyectos de Tunzini Le Mans (VINCI Energies Building Solutions), empresa a la que se confió la instalación de los sistemas de climatización-fontanería, aire comprimido, mangueras de primera intervención y rociadores.
Enfoque según la herramienta de producción
Las cabinas, el centro del proceso de creación, están equipadas con una central autónoma de tratamiento de aire con baterías de calor. Funciona según el principio de compensación de aire inteligente: con el fin de ahorrar energía, la extracción solo se activa cuando se utilizan disolventes.
“Para garantizar la acústica de las arpas, la temperatura debe regularse con precisión en cada una de las cabinas”
“No removemos el aire para nada…”, sonríe Maxime Pertuzon.
Para los equipos de Tunzini, este enfoque en función de la herramienta de producción difiere de las obras habituales, que se centran más en garantizar el confort de los empleados que el de los objetos inanimados. “Habitualmente, instalamos sistemas de calefacción y ventilación para el confort de los ocupantes. En este caso, aunque también nos encargamos de la calefacción del taller y las oficinas, la prioridad siempre fue el proceso. Se trata de la herramienta de trabajo de la empresa, por lo que era imperativo respetar el calendario de puesta en producción de nuestro cliente”. Para el taller Camac, se escogieron equipos que en un futuro permitieran la instalación de un sistema de gestión técnica centralizada (GTC) en caso de necesidad.
Proyecto escalable
Finalizado en enero de 2025 tras seis meses de intensos trabajos, el proyecto fue evolucionando hasta superar finalmente la cifra de 700.000 €. “Nos fuimos adaptando a medida que avanzaban los estudios del proveedor de procesos”, puntualiza el responsable técnico de Tunzini Le Mans.
“Desde el inicio de las obras, hubo un trabajo conjunto con el arquitecto y el cliente. El cliente conocía a la perfección su proceso, y mantuvimos numerosas conversaciones con él para explicarle qué soluciones técnicas podíamos aportar a sus necesidades específicas”, señala Maxime Pertuzon.
Estos intercambios técnicos y humanos fueron aún más apreciables por el hecho de no ser sistemáticos. “El ámbito de actividad y la especificidad del proyecto nos llevaron a actuar como socios más que como simples ejecutores. Eso es algo que se sale de lo habitual. Nuestra capacidad para proponer soluciones nos otorga valor y nos permite marcar la diferencia”.
29/09/2025