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El uso generalizado de la nube en las empresas puede provocar que los costes se disparen. La solución FinOps busca recuperar el control optimizando el consumo de los recursos con un planteamiento totalmente eficiente.

No más gestión de infraestructuras, implementación y actualización de software, protección y copias de seguridad de datos… la promesa de agilidad de la nube es bien conocida por todos. Esta flexibilidad también se refleja en el modelo de tarifas, con el pago por uso. Sin embargo, un mal control del consumo de los recursos de la nube puede provocar que los costes se disparen. “Algunos proyectos ya se han suspendido o se han aplazado porque la factura se había disparado”, comenta Hermann Dupré, Global Business Development Manager de la división Cloud & Datacenter de Axians.

«Encontrar un equilibrio entre la agilidad que proporciona la nube y las limitaciones presupuestarias, con el fin de asignar el recurso adecuado en el lugar, momento y precio oportuno.»

Algunas organizaciones incluso han dado marcha atrás para volver a una infraestructura on-premise”.

FinOps, acrónimo resultante de la contracción de los términos finanzas y operaciones, permite supervisar los gastos de la nube garantizando que una empresa está utilizando los recursos eficientemente, con el objetivo de optimizar los costes siempre que sea posible, pero sin empeorar el desempeño o la calidad del servicio.

“Se trata de encontrar un equilibrio entre la agilidad que proporciona la nube y las limitaciones presupuestarias con el fin de asignar el recurso adecuado en el lugar, momento y precio oportuno. ”, sintetiza Hermann Dupré.

Buenas prácticas y gobernanza

FinOps se basa en un repositorio de buenas prácticas y en la creación de un comité de gobernanza formado por los equipos financieros y de TI. Se trata de una especie de control de gestión aplicado a los gastos de la nube que establecerá los indicadores claves de desempeño (KPI), con el objetivo de garantizar el seguimiento de los gastos incurridos. También se fijarán algunas normas, como la desactivación de los equipos virtuales al finalizar un proyecto o una actividad concreta. Por ejemplo, para elaborar el balance contable, la dirección administrativa y financiera (DAF), solo necesita recursos de cálculo a fin de mes, y no de forma constante.

Otra posibilidad, es la limitación del acceso libre a los servicios de la IaaS (Infrastructure as a Service) o la PaaS (Platform as a Service o Plataforma como Servicio) mediante el establecimiento de una tarifa mensual o un circuito de validación-aprobación. “La nube permite crear recursos informáticos en pocos clics. Esta facilidad de uso puede incentivar el sobreconsumo de equipos de TI”, señala Hermann Dupré, quien destaca que el uso racional de la nube debe formar parte de la cultura de la dirección de sistemas informáticos (DSI). “Este reto va en línea con la sobriedad digital en el marco de una estrategia digital responsable”.

En lo que se refiere al modo SaaS (software as a service), FinOps tendrá como objetivo la reducción del fenómeno “shadow IT”: el uso por parte de las direcciones de las diferentes entidades de soluciones de software bajo la supervisión de la DSI.

Lucha contra el despilfarro y los costes ocultos

Al centralizar las solicitudes, FinOps permite tener una visión global de los servicios consumidos para pagarlos al precio más justo posible y para luchar contra el despilfarro y los costes ocultos. Aunque la multinube permite seleccionar, proveedor a proveedor, los servicios más competitivos en un momento dado, el régimen de tarifas de los proveedores, deliberadamente complejo, hace que esta comparación sea complicada.

La nube también genera gran cantidad de costes adicionales, en especial relacionados con el almacenamiento y la transferencia de los datos, por lo que la factura final es difícil de prever. “Al inicio de un proyecto, una organización puede tener dificultades a la hora de calcular la capacidad de almacenamiento y de ancho de banda que necesitará”, añade Hermann Dupré.

Según Dupré, en la medida de lo posible habría que recurrir a contratos marco a partir de cierto nivel de consumo. Si una empresa se compromete, como mínimo durante un año, a consumir una determinada cantidad de recursos, este compromiso le reportará mayor visibilidad y menores costes.

La contribución de la IA

Hermann Dupré cree que parte del procedimiento de FinOps se automatizará próximamente gracias a la contribución de la inteligencia artificial. Al alimentar la solución con los distintos catálogos de precios de los proveedores, la IA buscará los recursos al mejor coste en función del tipo de solicitud.

Pongamos como ejemplo una empresa que debe crear una base de datos en clúster durante varios días. ¿Es mejor que recurra a AWS, a Microsoft Azure o a Google Cloud? “Son tantos los parámetros y las estructuras de costes que hay que tener en cuenta que solo la IA puede abordar esta complejidad”, sostiene el experto de Axians.

El factor tiempo también es un elemento clave, teniendo en cuenta que los servicios se facturan por segundos o incluso por milisegundos. La IA podría, de forma autónoma, tomar algunas decisiones en lugar de las personas.

Mientras tanto, el nivel de madurez no es el mismo en las grandes empresas, que ya han adoptado un planteamiento FinOps, que  en las pymes.. “Todavía tenemos que concienciarlas sobre estos temas, tal como hicimos respecto a la seguridad o a privacidad con el RGPD”. No obstante, Hermann Dupré señala que la crisis sanitaria, que ha comportado un auge en el consumo de los recursos de la nube, ha servido de catalizador y ha acelerado esta toma de conciencia.

18/03/2022