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Las ciudades suelen tener que enfrentarse al problema de la normativa cuando quieren poner en marcha servicios, pero existen soluciones para conectar lo antiguo y lo nuevo, que se inscriben en un proceso continuo de mejora.

Con la voluntad de orientar sus actuaciones hacia la perspectiva de la ciudad inteligente (o smart city), Burdeos convocó un concurso para conectar las infraestructuras de un barrio. Un requisito del proyecto era la interoperabilidad de los distintos servicios, es decir, que pudieran comunicarse y compartir datos. Sin embargo, de los ocho consorcios participantes, solo uno cumplía con esta exigencia, según una investigación del sitio web francés de información económica Journal du Net

Esta anécdota ilustra la falta de diálogo que puede haber respecto a esta cuestión entre las autoridades locales y las empresas. “Cuando las empresas empiecen a perder concursos por negarse a permitir la interoperabilidad es cuando llegará el cambio de mentalidad”, opina el director del proyecto de ciudad inteligente de la Metrópolis de Burdeos, citado por el Journal du Net.

« La ciudad inteligente es un proceso continuo de mejora de los métodos de explotación de la ciudad, no un ‘big bang’. »

Clémence Borezée, responsable de proyectos Smart City (VINCI Energies), confirma ese diagnóstico citando el ejemplo de una autoridad energética a la que una empresa ofreció « una solución de propiedad sin entrega del código fuente » y, por lo tanto, sin perspectivas de interconexión con otros servicios que se pudieran desarrollar en el futuro. « Existe una demanda real de las ciudades, que quieren que sus sistemas interactúen y lograr así la interoperabilidad de varios servicios », añade, no sin relativizar: « Se trata de un problema temporal » que no debe bloquear los proyectos porque « las cuestiones de movilidad, de calidad del aire o de energía exigen acción inmediata ».

« Se puede avanzar y hay que avanzar sin esperar a que una normativa nos obligue », prosigue. « Simplemente hay que tener prevista su llegada y su inserción en los sistemas de gestión inteligente de las ciudades ». ¿Cómo avanzar, entonces? « Construyendo la ciudad inteligente sobre la ciudad actual, de forma eficiente y optimizando las inversiones del pasado. No se parte de cero, ya que todas las ciudades o prácticamente todas disponen ya de sistemas que producen datos ».

Canberra, una ciudad inteligente « en proceso de desarrollo »

Clémence Borezée apunta que el ejemplo de Canberra, capital de Australia, puede servir como referencia. En esta ciudad, VINCI Energies ha implantado un sistema que combina iluminación LED inteligente, la implementación de una red smart city y la gestión global de las infraestructuras.

Borezée destaca que, en este proyecto, « hemos conservado el antiguo software de gestión del patrimonio para aprovechar las inversiones de las autoridades locales. Se sustituirá más adelante, nuestra solución lo permite: es como un Lego ». La plataforma smart city, « abierta, escalable y segura », es clave en la solución implementada en Canberra.

Esta plataforma, llamada BIM City, es « un nexo entre las soluciones de la ciudad actual y las de la ciudad del futuro », resume Jeremy Deville, gerente (VINCI Energies), que confía en la capacidad de las ciudades para avanzar a partir de hoy hacia las normas sin comprometer su desarrollo para cumplirlas. Y concluye: « La ciudad inteligente es un proceso continuo de mejora de los métodos de explotación de la ciudad, no un ‘big bang’ ».

13/06/2019