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Las competencias relacionadas con el big data y la inteligencia artificial están muy demandadas para garantizar el funcionamiento de las plantas de producción cada vez más tecnológicas de la industria 4.0.

¿Salvará la IA a la industria? Según un estudio internacional del Boston Consulting Group, “AI in the Factory of the Future” (La IA en la fábrica del futuro), el 29% de los encuestados considera que la inteligencia artificial es el principal motor de la productividad, ya que puede llegar a reducir los costes de producción en un 20%. Como resultado, el 87% de los profesionales entrevistados afirman querer instalar soluciones de IA en sus fábricas durante los próximos tres años.

Esta revolución plantea una cuestión crucial: ¿quién manejará estas máquinas que funcionan por algoritmos? Debe formarse a los empleados para que pueden controlar estos macrodatos, esencia de la IA, y su procesamiento. El problema es que la curva de aprendizaje de estas técnicas es lenta, mientras que la inteligencia artificial avanza a un ritmo vertiginoso.

La alternativa es contratar a data scientists, pero estos expertos están muy demandados por todos los sectores económicos, por lo que es todo un reto lograr que se sientan atraídos por un sector industrial que no brilla precisamente por su imagen de modernidad y poder pagarles los elevados salarios que comporta la falta de personal cualificado en este ámbito.

« Las fábricas todavía no han experimentado la revolución digital que vivimos actualmente. »

De todos modos, los industriales podrían contar aún con algo de tiempo para prepararse. Bruno Nicolas, director de la marca Actemium (VINCI Energies), cree que a pesar de los titulares que genera el rápido crecimiento de la IA, su introducción en las plantas industriales se produce de manera más progresiva: « Teniendo en cuenta tanto el coste de las inversiones como la necesidad de preservar la calidad del producto acabado, la digitalización 4.0 está muy centrada en equipos específicos, donde las potenciales ganancias son mayores. Se trata, por ejemplo, de añadir a una cadena automatizada existente sensores inalámbricos, un sistema de tratamiento de datos y una pantalla táctil para que el operario-técnico disponga de una ayuda complementaria para la toma de decisiones. Las fábricas ya han pasado por la revolución de la automatización, pero todavía no han experimentado la revolución digital que vivimos actualmente ».

Esta evolución de la interfaz hombre-máquina requiere que los operarios ―convertidos en técnicos― puedan adquirir de manera continuada nuevas competencias o, lo que es lo mismo, nuevos reflejos. En cuanto a los diseñadores-integradores, como consecuencia de la digitalización surge la necesidad de nuevos empleos cualificados: formadores de cobots, expertos en sistemas de visión, estadistas de mantenimiento predictivo, cyber-testers o incluso nuevos empleos aún difíciles de prever.

Recualificación

« La automatización de las fábricas comporta una recualificación de los puestos de trabajo », tal como confirma Patrick Benammar, director de Remuneraciones y Formación de Valeo. El lado positivo de esta evolución es la disminución de los puestos menos interesantes y más duros y su substitución por autómatas, en beneficio de las tareas altamente cualificadas.

« Pero la IA no sustituye necesariamente al operario, sino que a menudo le aporta una valiosa ayuda », añade Olivier Genelot, director de la marca Axians (VINCI Energies). « Por ejemplo, instalamos una solución de IA en una planta industrial que permite aumentar un 10% el volumen de producción gracias a la eliminación de los cuellos de botella. Se recopilan todos los datos de las máquinas y la inteligencia artificial proporciona información a todos los operarios en tiempo real, de modo que pueden dirigir sus unidades de producción con el fin de optimizar el funcionamiento global de la fábrica ».

Si la interfaz está bien pensada, la solución de IA representa una evolución bastante natural del trabajo que no implica ningún tipo de recualificación. Corresponde, por tanto, a los integradores diseñar soluciones de IA adaptadas a las necesidades y al contexto de los usuarios, lo que supone dominar mucho más que los algoritmos.

En cualquier caso, los algoritmos empleados requieren unos conocimientos especiales. Para atraer a los expertos en inteligencia artificial, VINCI Energies les propone desafíos laborales y un entorno de trabajo internacional. « Es un ambiente muy geek, ¡y a ellos les encanta! », afirma Olivier Genelot, quien también reconoce que existe una presión sobre los salarios de estos puestos tan demandados.

En Alemania, fábricas-escuela para la industria 4.0

La formación en nuevos puestos de trabajo resultantes de la digitalización de las fábricas es una preocupación mayor en Alemania, donde en 2013 surgió el concepto de industria 4.0. Una veintena de learning factories (fábricas-escuela) se encargan de formar a operarios en condiciones muy parecidas a la realidad. Este nuevo enfoque ha contado con el apoyo de los sindicatos. IG Metall, por ejemplo, ha puesto en marcha programas de formación destinados a los representantes de los trabajadores

13/12/2018