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La principal metrópoli de Quebec, altamente congestionada por el tráfico de vehículos, está construyendo una línea de metro de 67 km totalmente eléctrica. Se trata de una cuantiosa inversión que responde principalmente a un desafío ambiental.

Es la mayor obra de transporte público en Quebec en medio siglo. El Réseau Express Métropolitain (REM), metro ligero automatizado y 100% eléctrico, completará a finales de 2022 la red de metro de Montreal, inaugurada en 1966, con la ampliación del servicio para esta gran ciudad del norte de América.

La nueva línea, que contará con 26 estaciones, atravesará el área de Montreal a lo largo de 67 km. Operará bajo tierra, a nivel del suelo y en altura, a una velocidad de crucero de 51 km/h, con puntas de velocidad de 100 km/h en algunos tramos.

Aunque los primeros viajes están previstos para diciembre de 2022 (las obras han sufrido un retraso de seis meses), la red entrará progresivamente en servicio a lo largo de 2023 y 2024. Más de 200 vagones recorrerán las vías en convoyes de cuatro vagones en las horas punta (con una capacidad total de 600 personas) y la mitad en momentos de tráfico regular.

En el caso del REM, las autoridades de Quebec han optado por un metro ligero tipo Alstom Metropolis, que ya circula en París, Shanghái, São Paulo, Dubái o Sídney. Pero en una ciudad como Montreal, que cada invierno sufre nevadas y experimenta muy bajas temperaturas, gestionar un sistema de transporte que principalmente circula por el exterior constituye un reto adicional. En este sentido, los pantógrafos de los coches se han equipado con rascadores para retirar la acumulación de hielo en la catenaria. En cuanto a los coches motores, contarán con quitanieves.

El futuro metro eléctrico reducirá en 680.000 toneladas las emisiones de GEI en 25 años de funcionamiento.

Obra colosal de ingeniería eléctrica

La obra del REM, un proyecto de gran envergadura, concentra desafíos logísticos, operativos y técnicos. “Trabajamos en múltiples ubicaciones en pleno entorno urbano. Se trata, pues, de garantizar la seguridad, el confort y la vida diaria de los ciudadanos”, recuerda Wassim Gamaoun, responsable de Construcción – Transporte Ferroviario y Sistemas en NouvLR, un consorcio de cinco empresas (SNC-Lavalin, Dragados Canada, Groupe Aecon Québec ltée, Pomerleau y EBC) creado para gestionar la ingeniería y la construcción del REM.

Otro de los retos a afrontar radica en la coordinación del gran número de actores y operarios que cada día coinciden en los numerosos emplazamientos de las obras. “Debemos diseñar e implementar una planificación rigurosa, definir con precisión nuestras zonas de trabajo y nuestras necesidades en las vías para evitar pérdidas de tiempo y limitar al máximo el riesgo de accidentes”, señala Denis Vaugeois, gerente de transportes en Transelec Common Inc.

Esta empresa del Grupo VINCI Energies ha recibido el encargo por parte del consorcio NouvLR de intervenir en un amplio abanico de prestaciones: instalación y manipulación de 116.430 m de canaletas de cables en el balasto; suministro e instalación en estructuras de hormigón elevadas y en las cámaras sanitarias de las subestaciones de 4.091 m de estantes para los cables de media tensión de 25 kV; colocación e instalación de cables a lo largo de las vías, en los postes de las catenarias, en el interior de las subestaciones de distribución, subestaciones de rectificación, estaciones de tren…

“Desde que nos incorporamos a este proyecto, en noviembre de 2019, hemos firmado 14 contratos por un valor total de más de 100 millones de dólares canadienses. Y muchos otros contratos están aún por llegar”, puntualiza Denis Vaugeois.

Embolia automovilística

Para las autoridades locales, la inversión de 6.500 millones de dólares en el REM responde a un triple reto medioambiental, económico y social. Montreal, la principal metrópoli de un país donde en 2020 se matricularon 50.000 coches más que en 2019, es conocida por su alto índice de congestión. Un conductor de Montreal pasa en promedio más de 145 horas anuales atrapado en atascos. Esta congestión vial tiene importantes repercusiones económicas. Se estima que las pérdidas financieras anuales provocadas por el absentismo y el retraso en las entregas relacionados con el tráfico ascienden a más de 4.000 millones de dólares solo para el área metropolitana de Montreal.

Por otro lado, en 2020 el gobierno de Quebec tuvo que destinar 3.200 millones de dólares al reacondicionamiento de las infraestructuras viarias, muy deterioradas a causa del intenso tráfico. Además, teniendo en cuenta la escasez de trabajadores en Quebec, la congestión viaria es un verdadero quebradero de cabeza para los empresarios.

Pero la creación del REM responde en primer lugar a un desafío medioambiental. El metro, totalmente eléctrico, debería contribuir a reducir en 680.000 toneladas los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos en 25 años de funcionamiento. Con el fin de valorizar y dinamizar los terrenos agrícolas situados en las inmediaciones de la estación terminal Rive-Sud, se creará un fideicomiso de tierras agrícolas en asociación con la Unión de Productores Agrícolas y la Comunidad Metropolitana de Montreal.

Y para compensar las emisiones de GEI producidas durante las obras de construcción, se ha creado una alianza con la asociación Jour de la Terre y el programa “375.000 árboles” con el objetivo de plantar 250.000 árboles. Por otro lado, se han establecido acuerdos con socios en movilidad sostenible (vehículos multiusuario, coches compartidos, taxis eléctricos, bicis) con el fin de diversificar las opciones de desplazamiento entre el domicilio y la estación o la estación y el lugar de trabajo.

18/07/2022