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Puntos de vista de personalidades destacadas, dirigentes, investigadores y líderes de opinión sobre temas de actualidad o temas clave en materia de transformación digital y transición energética.

¿Cuáles son las mejores opciones tecnológicas y de infraestructuras para construir y preservar la soberanía de las empresas? Son varias las opciones existentes entre infraestructuras on-premise, alojadas en centros de datos, nubes privadas o nubes públicas. Solo queda tomar la decisión correcta.

“Combinando distintas opciones (externalizar las infraestructuras informáticas y mantenerlas in situ o alojadas) en función de las necesidades. Estas son las ventajas que presenta la nube híbrida”.

En febrero de 2022, doce estados miembros de la Unión Europea manifestaron su intención de presentar un proyecto importante de interés común europeo (IPCEI), dotado con 7.000 millones de euros, para desarrollar una nube europea soberana.

Tras el cese de los proyectos de nube soberana Cloudwatt y Numergy, están surgiendo iniciativas para ofrecer nubes de confianza, como el proyecto Bleu, lanzado por Orange y Capgemini, que presta sus servicios a administraciones públicas, operadores de servicios esenciales (OSE) y operadores de importancia vital (OIV).

La soberanía digital se ha convertido en una cuestión estratégica para los estados, pero también para las empresas, ya que les permite implementar sus actividades en un marco en el que la cadena de valor está totalmente controlada mediante herramientas informáticas que no dependen por completo de terceros que podrían provocar conflictos de lealtad.

La soberanía digital garantiza la independencia de las empresas frente a proveedores no europeos, el control de la propiedad de los datos o el respeto del marco normativo (datos personales, datos de salud, etc.).

La cuestión es más apremiante si cabe si tenemos en cuenta que la Cloud Act constituye una seria amenaza en términos de soberanía digital. Esta nueva disposición norteamericana, adoptada en 2018, permite a la Administración de Estados Unidos acceder de manera confidencial a todos los datos digitales almacenados en servidores norteamericanos en el extranjero.

“La nube híbrida garantiza a la empresa su soberanía digital sin limitar su actividad”.

De hecho, los principales proveedores de nubes del mundo son norteamericanos (Azure, AWS, GCP…), por lo que la soberanía de los datos se convierte en una ecuación especialmente dificil de resolver, ya que, paralelamente, el cumplimiento de la normativa europea limita las posibilidades de transferencias de datos de carácter personal fuera de la Unión Europea.

Distintas opciones tecnológicas

Para dar respuesta a este doble mandato, las empresas europeas cuentan con distintas opciones tecnológicas. La primera consiste en dotarse de una infraestructura propia alojada on-premise, que presenta la ventaja de ofrecer un control absoluto de la infraestructura y de los costes. En contrapartida, el espacio dedicado a la TI no puede ampliarse infinitamente, puesto que se requiere espacio físico, una sala que cumpla con la normativa y el mantenimiento de los equipos no informáticos (climatizadores, inversores, seguridad antiincendios…).

Pero existe una variante que permite superar la necesidad de disponer de una sala informática in situ y las limitaciones de espacio físico, y que cumple las exigencias de dimensionamiento, redundancia y mantenimiento de las infraestructuras no informáticas: el alojamiento en centros de datos externos.

Esto implica trasladar la infraestructura a un proveedor de alojamiento que solo proporcionará espacio físico, climatización y corrientes fuertes y débiles, y que se encargará del mantenimiento de los equipos no informáticos. Esta opción, por tanto, no representa ningún problema en términos de soberanía digital.

Una segunda solución consiste en usar una infraestructura de nube privada alojada en un centro de datos en la que un proveedor de servicios proporciona soluciones compute, almacenamiento y servicios relacionados. Esta solución puede ser específica para un cliente o compartida por varios, en función de las limitaciones y las necesidades de los clientes.

En este caso, los procedimientos del proveedor de alojamiento deben estudiarse con atención para asegurarse de que coinciden con las necesidades de seguridad esperadas (certificaciones, compartimentación, cumplimiento…). La opción compartida ofrece una gestión de recursos más dinámica. En caso de fuerte crecimiento de su actividad, con una solución específica, la empresa tendrá más dificultades para movilizar nuevos recursos de forma ágil.

Las ventajas de la nube híbrida

Para disponer de un mayor nivel de seguridad, existe la opción de suscribirse a una oferta de nube soberana certificada como “nube de confianza” por la Agencia Nacional de la Seguridad y los Sistemas de Información (ANSSI). Esta certificación “SecNumCloud” permite, mediante un sistema de referencias, calificar a los proveedores de servicios que podrán satisfacer mejor la demanda de una nube soberana. Pero por el momento, la oferta de proveedores de referencia en este ámbito sigue siendo reducida.

La nube pública puede aportar beneficios sustanciales. Gracias a su potencia y disponibilidad puede dar respuesta a cargas de trabajo repentinamente altas. También permite un despliegue rápido de aplicaciones. No obstante, teniendo en cuenta que actualmente su nivel de protección es menor, su uso está probablemente más indicado para aplicaciones poco trascendentales.

Finalmente, puede resultar interesante mezclar distintas opciones (externalizar las infraestructuras informáticas y mantenerlas in situ o alojadas) en función de las necesidades. Estas son las ventajas que presenta la nube híbrida, una solución que garantiza la soberanía digital de las empresas sin limitar su actividad.

17/11/2022

Florentin Ponzio

Consultor IT en Axians France

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