¿Una nueva generación de baterías para almacenar la energía “verde”?
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La aceleración del desarrollo de energías renovables, condición fundamental de la transición energética, sigue estando sujeta al problema de su intermitencia y, por tanto, de su almacenamiento en caso de excedente, y de su restitución durante los picos de consumo. Entre las tecnologías más prometedoras, las baterías de zinc (Zn) y dióxido de manganeso (MnO2) presentan numerosas ventajas: bajo coste (debido a la abundancia de zinc y manganeso), seguridad de uso gracias al electrolito acuoso, y reciclabilidad. Su principal inconveniente: la baja estabilidad del zinc en medio acuoso produce la corrosión del ánodo, lo que reduce la vida útil de la batería. Para superar este obstáculo, Ivette Aguilar, investigadora del Laboratorio de Química del Estado Sólido y Energía del Collège de France, ha incorporado en el electrolito acuoso moléculas orgánicas que interactúan con el agua mediante enlaces de hidrógeno y reducen los fenómenos de corrosión. Optimizadas de esta forma, las baterías alcanzan una densidad de energía de 150 Wh/kg y una capacidad de 450 mAh/g(MnO₂), y conservan más del 90% de su capacidad tras múltiples ciclos.
16/06/2025
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