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La preservación de la flora y la fauna tiene cada vez una mayor relevancia en un sector inmobiliario que busca promover la valorización de sus activos.

Las cuestiones medioambientales que actualmente toma en consideración el sector inmobiliario están básicamente relacionadas con el tema energía-carbono. Los pasos que han dado los actores del sector para que los edificios generen menos emisiones responden, por un lado, a la voluntad de cumplir con los requerimientos del Decreto Terciario promulgado en línea con las leyes Grenelle II y ELAN, y, por otro lado, a la preocupación por la valorización de los activos.

Hoy en día, abundan las certificaciones de desempeño sostenible del sector inmobiliario, como HQE, BREEAM o WELL. Pero el precio a pagar por este éxito es que, para el mercado, las normas ya no tienen el mismo poder de diferenciación.

Biodiversidad y certificación

Recientemente han visto la luz otras normas o sellos que validan principalmente que los edificios terciarios cumplen con la preservación de la biodiversidad, como las certificaciones Effinature, otorgadas por el grupo Irice, o Biodivercity, respaldada por el Conseil International Biodiversité & Immobilier, que reúne a actores de la ciudad, del sector inmobiliario y del medioambiente.

«Acompañamos a nuestros clientes en la preservación de la biodiversidad en las fases de diseño, realización y explotación»

Aunque en el sector inmobiliario las limitaciones reglamentarias en términos de biodiversidad siguen siendo escasas, cada vez son más los actores del sector que recurren a ecólogos, ingenieros especializados en la identificación, la previsión y el análisis del impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y la biodiversidad.

Acompañamos a nuestros clientes en la preservación de la biodiversidad en las fases de diseño, realización y explotación”, explica Chloé Chary, ecóloga en Greenaffair, oficina de proyectos especializada desde hace veinte años en el campo medioambiental, pionera de la certificación medioambiental en Francia.

Caminos verdes, corredores negros y muros biotopo

Tanto en la construcción como en la rehabilitación, tener en cuenta la biodiversidad en el sector inmobiliario terciario significa en primer lugar recurrir a procesos de revegetación, que consisten en la creación de espacios verdes a los pies de los edificios en los que las especies vegetales pueden desarrollarse libremente y que atraen a gran variedad de insectos y pájaros.

También pueden consistir en la creación de corredores ecológicos, es decir, caminos verdes entre dos reservas de biodiversidad. Estos caminos verdes pueden convertirse en corredores negros por la noche, carentes de alumbrado artificial, para salvaguardar a los murciélagos, taxón especialmente protegido.

También se pueden revegetar las terrazas y las cubiertas, o los muros.

La idea siempre es abrir el edificio al exterior para diseñar elementos específicos para la fauna, como colmenas para las abejas, nidos para los pájaros o incluso entornos más naturales para los insectos.

Aconsejamos recuperar maderas de las obras, troncos de árboles talados o palés para transformarlos en troncos perforados, haces o refugios para insectos”, añade Chloé Chary.

El trabajo de los ecólogos, que contribuye a la resiliencia de los edificios frente al futuro cambio climático, también permite valorizar la sostenibilidad de los activos teniendo en cuenta el protagonismo cada vez mayor que la preservación de la fauna y la flora está adquiriendo en los arbitrajes del sector inmobiliario en el entorno urbano.

18/03/2022