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La pandemia ha elevado la calidad del aire interior al rango de prioridad sanitaria. Un gran reto tanto para el sector inmobiliario terciario como para los empleados que están regresando masivamente a la oficina.

Lo que fuera objeto de regulación normativa se ha convertido en una prioridad para los profesionales del sector inmobiliario. El control de la calidad del aire interior (CAI) no solo está relacionado con los objetivos de confort para los ocupantes de un edificio, sino también con requisitos sanitarios que se han convertido en fundamentales a raíz de la pandemia de COVID-19.

La medición de la calidad del aire interior será obligatoria en todos los establecimientos abiertos al público a partir del 1 de enero de 2023. En opinión de Patrice Franssens, responsable de desarrollo de la actividad HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) de Building Solutions VINCI Energies, la COVID-19 ha actuado como elemento acelerador, y es probable que las disposiciones del sector vayan rápidamente más allá de los requerimientos normativos.

“La Organización Mundial de la Salud ha dado a conocer nuevas evidencias científicas que confirmarían el potencial de transmisión del virus en forma de aerosoles que quedan suspendidos en el aire, especialmente en espacios mal ventilados”, recuerda. “Más que nunca, la aireación y la ventilación de los espacios deben considerarse requisitos indispensables”.

Hay que hacer todo lo necesario para garantizar una renovación constante del aire en todos los espacios cerrados mediante la aireación y/o la ventilación natural o mecánica, con el objetivo de incorporar aire “nuevo” del exterior y evacuar al exterior el aire que haya permanecido un tiempo en el interior. En este sentido, VINCI Energies ya ha formulado una serie de recomendaciones: apagar los sistemas de reciclaje del aire, mantener la ventilación nominal mientras los edificios estén desocupados, limpiar y sustituir regularmente los filtros…

“Síndrome del edificio enfermo”

Hoy sabemos que el aire almacenado en los inmuebles ocupados puede estar entre cinco y ocho veces más contaminado que el aire exterior, y conocemos con exactitud los efectos sobre la salud de un gran número de contaminantes neurotóxicos, cancerígenos o disruptores endocrinos que se concentran en los inmuebles terciarios.

Dolores de cabeza, irritaciones cutáneas, irritación de las mucosas nasales u oculares y de las vías respiratorias, náuseas, vértigos, dificultades para concentrarse, cansancio… Son numerosos los síntomas que documentan parcial o totalmente el conocido como “síndrome del edificio enfermo” (sick building syndrom). Según la OMS, casi un tercio del parque inmobiliario de los países industrializados será propenso a sufrir dicho síndrome.

“Aunque hoy en día es bien conocida la relación entre calidad del aire interior, salud y confort, lo es mucho menos su incidencia en la sostenibilidad del edificio. La calidad del aire impacta en el edificio a través del desempeño energético relacionado con los equipos HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado), pero también a través del valor inmobiliario, ya sea en términos de imagen de marca, de valor comercial o de ocupación en el tiempo”, señala Lamia Mialet, ingeniera química cofundadora de Cozy Air.

Esta start-up de Lille, creada hace cuatro años, ofrece una solución conectada para supervisar y regular la calidad del aire interior que incluye sensores, plataforma y aplicación.

“Aunque hoy en día es bien conocida la relación entre calidad del aire interior, salud y confort, lo es mucho menos su incidencia en la sostenibilidad del edificio”

Aceleración

Diseñado en colaboración con el Departamento de Ciencias Atmosféricas e Ingeniería Ambiental (SAGE) de la Universidad de Douai, el dispositivo de Cozy Air permite medir en tiempo real tres parámetros de confort (temperatura, humedad y nivel de CO2), así como los niveles de concentración relacionados con cuatro contaminantes: monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno y partículas finas (PM 10 y PM 2,5).

No hay mal que por bien no venga. “Al menos la crisis sanitaria habrá servido para que finalmente se aborde de manera efectiva la problemática de la calidad del aire interior. A partir de ahora, constructores, encargados de reformas, operadores y gestores de edificios, laboratorios de investigación y start-ups trabajarán juntos para avanzar en el tema”, se felicita Patrice Franssens.

 

Rayos ultravioleta para limpiar el aire 

Para los empresarios que se disponen a dar de nuevo la bienvenida a sus empleados, la cuestión de la calidad del aire interior es algo esencial. Si bien hoy en día se sabe que los aerosoles son los principales vectores de difusión de la COVID-19, no se ha conseguido demostrar la eficacia de los purificadores de aire ―cuya instalación se ha generalizado en los espacios terciarios― contra las cargas virales en suspensión en los espacios cerrados.

Para limpiar permanentemente el aire en los espacios ocupados, VINCI Energies ha optado por la solución Flow-R de la empresa Ingenica para comercializar una solución que se basa en la técnica de los rayos ultravioleta C (UV-C), probada desde hace tiempo, principalmente en el tratamiento del agua.

Al atacar el ADN de las células vivas, los UV-C desactivan las cargas virales en suspensión de los aerosoles. “La idea es renovar biológicamente el aire más rápidamente de lo que una persona enferma podría contaminarlo, garantizando unos índices de renovación del orden de 10 a 15 volúmenes/hora, unas cinco o seis veces más de lo que ofrecen los climatizadores estándar”, destaca François Jouen, director delegado de VINCI Energies France Tertiaire Île-de-France.

Con los UV-C, no se emite ningún producto químico, no se libera ozono y no se generan residuos. Además, el sistema requiere un mantenimiento mínimo, que se reduce a la sustitución de las lámparas tras 12.000 horas de funcionamiento.

Pero la principal innovación de esta solución desarrollada por Ingenica radica en su simulador de riesgos de contaminación: en función de la configuración de los espacios, los niveles y usos de ocupación y los sistemas de ventilación instalados, puede evaluarse con precisión el riesgo, gracias a modelos de cálculos de concentración viral. El objetivo es dimensionar y estandarizar las instalaciones de modo que se cubran al máximo las necesidades específicas de cada espacio. El equipo puede instalarse en el falso techo, en el falso suelo o en la propia estancia.

 

15/11/2021