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En el marco de varios proyectos piloto en Alemania, el Grupo VINCI está probando y desarrollando la tecnología de carga por inducción. La carretera de inducción, una carga inteligente para vehículos eléctricos: una innovación que podría implementarse en las carreteras dentro de cinco a diez años.  

El informe Estrategia de movilidad sostenible e inteligente de la Unión Europea, publicado en diciembre de 2020, prevé que en 2030 circularán por Europa 30 millones de vehículos eléctricos. Por otro lado, el Boston Consulting Group (BCG) estima en un estudio titulado The Electric Car Tipping Point que en 2025 los vehículos eléctricos representarán un tercio de las ventas mundiales de automóviles y que serán mayoritarios (51%) en 2030.

En otras palabras, la movilidad eléctrica ya no es una ilusión o un horizonte lejano. Para que esta promesa se materialice, su implementación depende de tres grandes factores: la producción de baterías, el proceso de carga y la autonomía.

En cuanto a la carga y la autonomía, una innovación que se ha estado probando estos últimos años abre perspectivas prometedoras: la carretera de inducción. Suecia abrió el camino en 2019, al construir en la isla de Gotland la primera carretera de carga por inducción del mundo.

Esta solución técnica permite suministrar energía a un vehículo “sin contacto” gracias a un sensor situado bajo el chasis que se comunica con un circuito eléctrico implantado en el pavimento. El proceso de carga se realiza entre las bobinas emisoras integradas en la carretera y las unidades receptoras instaladas en el vehículo al establecerse un campo magnético y transmitirse la energía a través de él.

Pruebas avanzadas en Alemania

La carga dinámica inductiva de los vehículos eléctricos mientras circulan por la carretera ha dejado de ser una utopía. Después de Suecia, Alemania se ha convertido en un campo de pruebas avanzado. En abril de 2021, en Karlsruhe, un proyecto piloto liderado por EnBW (Energie Baden-Württemberg) inauguró un tramo de calzada de 100 m equipado con esta tecnología de carga en una estación de autobuses.

Desde el mes de enero, está en marcha un segundo proyecto para instalar esta tecnología en otro tramo viario de 100 m, esta vez en Colonia, por iniciativa del BASt (Bundesanstalt für Straßenwesen/Instituto Federal de Investigación Viaria).

Tres entidades de VINCI

La industria de la construcción se está convirtiendo en una pionera de la movilidad eléctrica. En este caso, para los dos proyectos llevados a cabo en Alemania se escogió una solución implementada por el Grupo VINCI.

El objetivo es la construcción de carreteras totalmente funcionales que permitan la carga sin contacto de los vehículos eléctricos mientras circulan.

Esta tecnología reduce la capacidad y el consumo de las baterías, aumenta la autonomía y disminuye el tiempo empleado en los puntos de carga. En una sola noche pueden instalarse varios centenares de metros de este sistema de carga por inducción, que es compatible con todo tipo de vehículos y toda clase de carreteras.

Finalmente, se conecta una unidad de facturación a cada sensor de carga de los vehículos, lo que permite determinar la cantidad de electricidad captada.

En asociación con la Technische Universität Braunschweig, Volkswagen y la start-up israelí ElectReon, artífice de la tecnología de carga, tres filiales del Grupo VINCI, dos de ellas pertenecientes a VINCI Energies, participan en estos proyectos piloto: Omexom, Axians y Eurovia.

“Omexom se encarga de la instalación de la unidad de gestión del suministro eléctrico y de la conexión a Internet. Axians garantiza la seguridad informática del sistema de pago integrado en las unidades receptoras de los vehículos. Y Eurovia y su filial VIA IMC son responsables de la planificación y la construcción del conjunto del sistema y deben garantizar su estabilidad”, explica Dirk Ebersbach, director de VIA IMC.

Un sistema probado

El principal reto ha sido garantizar la fiabilidad del sistema. “Teníamos que asegurarnos de que toda la parte electrónica integrada en la calzada no se deteriore con el paso del tiempo o debido a las inclemencias meteorológicas. Para ello efectuamos numerosas pruebas de la calidad del asfalto y optamos por pequeñas zanjas para enterrar los cables con el fin de limitar la presión sobre los sistemas electrónicos”, puntualiza Dirk Ebersbach.

«Teníamos que asegurarnos de que toda la parte electrónica integrada en la calzada no se deteriore con el paso del tiempo o debido a las inclemencias meteorológicas»

En cuanto al impacto para la salud que puede tener la radiación de los sistemas eléctricos derivada de este sistema, el director de VIA IMC quiere transmitir tranquilidad: “el sistema funciona en modo switch off, es decir, solo se activa y emite campo electromagnético al paso de un vehículo, durante unos microsegundos”.

Ahora queda pendiente encontrar un modelo de negocio que garantice la viabilidad económica del sistema. ¿Quién garantizará las inversiones, el sector público, el privado o ambos? Todo está por definir, pero Dirk Ebersbach se muestra convencido de que la carretera de inducción será una realidad para todos nosotros en un plazo de cinco a diez años.

16/09/2021