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Manufacture Belge de Chocolats, empresa artesanal desde su creación en 1921, ha confiado la automatización de una de sus líneas de producción a Actemium y AVT Europe con el objetivo de aunar innovación, desempeño industrial y saber hacer artesanal.

Primero se da forma a los bombones, antes de recubrirlos y enfriarlos. Durante el proceso de producción, los bombones se someten a varios controles de calidad mediante máquinas y la presencia continuada de los operarios para garantizar el producto final.

La elaboración artesanal se asocia naturalmente a tradiciones centenarias y a métodos de fabricación manual. Si bien la industria está directamente vinculada a las innovaciones técnicas y a las tecnologías de vanguardia, la interdisciplinariedad y la descompartimentación de los oficios y las competencias la convierten en un socio preferente para el sector artesanal. De este modo, hoy en día los artesanos pueden combinar “lo mejor de ambos mundos”.

Este es el caso de Manufacture Belge de Chocolats, un fabricante de bombones rellenos de alta calidad ubicado en Bruselas (Bélgica). Con un siglo de experiencia y saber hacer a sus espaldas, esta empresa chocolatera da inicio a un nuevo capítulo en su historia apostando con éxito por la automatización y la robótica para reforzar y optimizar su producción.

Acompañamiento integral

Manufacture Belge de Chocolats colaboraba desde hacía años con Actemium en el ámbito del envasado y las líneas de producción cuando surgió la necesidad de optimizar su producción.

La automatización y la robotización de los procesos deben alinearse a la perfección con los conocimientos expertos y las limitaciones de nuestros clientes.”

La empresa VINCI Energies cuenta con una vasta experiencia y unos conocimientos destacados en el sector alimentario, especialmente de alta gama. Por tanto, para el fabricante de chocolate fue una decisión lógica confiarle la automatización de una de sus líneas, en colaboración con AVT Europe, otra empresa de VINCI Energies, encargada de la parte mecánica. Un trabajo colaborativo que permite una gestión del proyecto de 360° y un acompañamiento integral, del business care a la integración de las máquinas in situ.

“Primero se da forma a los bombones, antes de recubrirlos y enfriarlos. A continuación, un transportador equipado con cámaras de control y de detección conduce los productos hasta cuatro robots de extracción SCARA de Stäubli, encargados de distribuir los bombones en bandejas. Finalmente, se conducen hasta un operario que efectúa un último control de calidad y coloca las bandejas en una caja”, explica Pieter D’Hamer, Senior Project Engineer en Actemium. Resultado: se procesan un mínimo de 360 bombones por minuto.

Robots en funcionamiento. Manipulan hasta 360 bombones por minuto.

Flexibilidad y control de calidad

Pero el objetivo de este proyecto de automatización no es el aumento de la producción de chocolate. El chocolate es una materia viva y, por tanto, si quieren preservarse sus aromas y sus cualidades gustativas, no puede comprimirse el tiempo necesario para enfriarlo.

La aportación de Actemium y AVT Europe consiste en la mejora del proceso gracias a la eliminación de la manipulación del producto y al aumento del tiempo invertido en el control de calidad, así como en la obtención de una mayor flexibilidad, con el retorno de la inversión en tres años.

Ahora, las tareas físicamente más exigentes las realizan las máquinas, de modo que los operarios pueden centrarse en misiones con un mayor valor añadido.

Este enfoque no compromete en ningún caso la excelencia de la ejecución propia de un proceso de elaboración artesanal ni las restricciones normativas impuestas por el sector, tal como destaca Pieter D’Hamer: “La automatización y la robotización de los procesos deben alinearse a la perfección con los conocimientos expertos y las limitaciones de nuestros clientes, especialmente en un sector puntero como el alimentario”.

 


Elaboración artesanal e industria: falsos enemigos

Un ensayo publicado en 2006 se preguntaba: “¿Es la producción artesanal el futuro del sistema industrial?”. Los dos sectores nunca han permanecido estancos, sino todo lo contrario. Los avances técnicos aplicados en la industria han repercutido en la producción artesanal, en particular modificando los procesos operativos de los talleres y dando lugar a nuevos tipos de producción susceptibles de hacer más eficiente su productividad. Por su parte, la industria se inspira en técnicas artesanales, por ejemplo en cuanto a la precisión, la fabricación a medida y la producción por unidades o en series muy pequeñas. Desde hace unos diez años, la aparición de los FabLabs ha posibilitado la convergencia de ambos mundos, contribuyendo así a democratizar las prácticas compartidas y a implantar una cultura común.


 

16/11/2023

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