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¿En qué punto se hallan las empresas en relación con los terceros espacios después de que el Gobierno francés anunciara medidas para fomentarlos en junio de 2019? ¿De qué manera los terceros espacios promueven nuevas prácticas de trabajo? El análisis “Coworking:  territorios, trabajo, digital” de Patrick Levy-Waitz, presidente de la Fondation Travailler autrement,  ha inspirado a las autoridades.

En un informe presentado en septiembre de 2018, identificó 1.800 terceros espacios en Francia, con una gran diversidad de funciones: coworking, fablab, makerspace, hakerspace, livinglab… ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan estas estructuras?

P.L.-W. Aunque el fenómeno de los terceros espacios a menudo se aborda desde el punto de vista inmobiliario, este no siempre es el principal. El primer reto radica en la aculturación. Es necesario que las distintas tipologías de públicos que conforman los terceros espacios hablen entre ellos, se entiendan y actúen juntos: responsables de proyectos, autoridades locales, empresas, asociaciones, trabajadores independientes, agentes del sector inmobiliario… El segundo reto, más extendido, es el del acompañamiento. Los terceros espacios a menudo tienen dificultades para encontrar su modelo económico y alcanzar un tamaño crítico que les permita tener un impacto en el territorio. También se enfrentan a la cuestión de la profesionalización. Todos estos puntos débiles justifican una acción pública adecuada: es necesario priorizar lo ya existente y apoyar su desarrollo.

Precisamente, ¿está de acuerdo con las medidas anunciadas por el Gobierno en junio de 2019 a raíz de las propuestas de la misión Coworking? 

P.L.-W. La movilización sin precedentes del Gobierno con el fin de crear una verdadera política pública de los terceros espacios es la prueba de que todas (o casi todas) las propuestas del informe han tenido una respuesta. Francia se ha propuesto crear por lo menos 300 “fábricas de territorio” en los próximos tres años, 150 en zonas rurales y ciudades medianas y 150 en los barrios que son prioritarios para la política de ciudad de aquí a 2022, con una dotación de entre 75.000 y 150.000 euros por fábrica durante 3 años. Se trata de profesionalizar y estructurar el sector, para lo que es necesaria la instauración del Consejo Nacional de los Terceros Espacios, creado el 17 de junio de 2019, verdadero parlamento y órgano de asesoramiento para el sector.

“La oferta de terceros espacios no siempre está lo suficientemente estructurada para satisfacer las necesidades de las empresas, sean del tamaño que sean”

¿En qué punto se encuentran las empresas en su forma de abordar estos terceros espacios que promueven nuevas prácticas laborales?

P.L.-W. Son muchas las empresas que se han instalado en terceros espacios, principalmente en espacios de coworking, a veces fablabs, pero se trata de pequeños efectivos. De todas formas, cada vez más empresas proponen a sus empleados hacer teletrabajo en terceros espacios. La aceleración del desarrollo del teletrabajo en Francia representa una oportunidad única para los terceros espacios.

¿Es la colaboración empresas/terceros espacios un paso obligado para las empresas en su aceptación (o anticipación) de las nuevas formas de trabajo? 

P.L.-W. Es una manera de que las empresas accedan a nuevas formas de trabajo, porque lo cierto es que no saben mucho acerca de los terceros espacios. Se preocupan porque el trabajador pueda concentrarse y ser productivo cuando teletrabaja, pero muestran poco interés en el desarrollo de la socialización en un espacio compartido. Por otro lado, la oferta de terceros espacios no siempre está lo suficientemente estructurada para satisfacer las necesidades de las empresas, sean del tamaño que sean. La oferta de servicios en cada espacio es distinta y a las empresas les cuesta orientarse. La red todavía no es lo suficientemente sólida. Además, acudir a un tercer espacio representa un coste suplementario que debe asumir o bien la empresa o bien el trabajador. Sin embargo, todos están de acuerdo en que el trabajo en terceros espacios permite tanto a los empleados como a las empresas, grandes o pequeñas, adoptar nuevas formas de organización del trabajo, innovar y pensar “fuera de la caja”.

La nueva revolución laboral, ¿pasa necesariamente por los terceros espacios o ya hace tiempo que se inició en las empresas? 

P.L.-W. La nueva revolución laboral ya está en marcha en las empresas e incluso fuera de ellas. La relación de los franceses con el trabajo y la empresa ha experimentado una transformación sin precedentes; se están desarrollando nuevas formas de empleos. Tanto si son impuestas como escogidas, implican en primer lugar más autonomía para los trabajadores y más flexibilidad para las empresas. No se trata por lo tanto de un cambio temporal, una evolución a corto plazo, sino de una tendencia cada vez mayor y de largo plazo. Es el conjunto del mercado laboral y el mundo económico el que está redefiniendo su propia imagen. Los terceros espacios no son la piedra angular de esta revolución, pero sí forman parte de estas transformaciones, y estoy convencido de que estas nuevas formas de trabajar y colaborar darán como resultado iniciativas prometedoras, nuevas dinámicas económicas y un crecimiento sostenible.

14/11/2019