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La tecnología de la cadena de bloques (o blockchain) permite certificar transacciones y contratos, pero en los sectores industrial, agroalimentario y farmacéutico, esta innovación permite también asegurar la trazabilidad y la seguridad de cadenas de suministro y subcontrataciones cada vez más complejas.

Carrefour dio a conocer la noticia en marzo del 2018: la carne de pollo vendida con su marca iba a asegurarse totalmente a través de la tecnología de la cadena de bloques. Se trataba de toda una primicia en el sector alimentario, pero hay otros sectores de actividad —sobre todo las entidades financieras, bancarias y aseguradoras— que muestran un gran interés por esta tecnología de almacenamiento y transmisión seguros de datos, cada vez más utilizada para verificar la autenticidad de contratos y transacciones.

Sin que haya terceros de confianza, los usuarios de una cadena de bloques intercambian datos directamente en cada etapa. Una vez validados por todos los participantes, esos datos forman un bloque que se inserta en una cadena que se anulará si se produce cualquier irregularidad.

« La cadena de bloques se traduce también en un ahorro de tiempo para la industria y, por tanto, en una mayor agilidad. »

En el caso de Carrefour, cada eslabón de la cadena debe validar el proceso, desde el criador hasta el distribuidor, pasando por el procesador. En el extremo final de la cadena, el consumidor puede leer un código QR y acceder a toda la secuencia de certificación: fecha de nacimiento del animal, granja y nombre del criador, fecha de sacrificio, tratamientos veterinarios y otros datos…

« Para Carrefour, la cadena de bloques es una buena estrategia de marketing, pero también responde a una necesidad de salud pública », analiza Thierry Delpech, experto en los sectores agroalimentario y farmacéutico de Actemium, marca de VINCI Energies dedicada a los procesos industriales. En los sectores agroalimentario y farmacéutico, « la trazabilidad inquebrantable es una necesidad fundamental », comenta el experto de Actemium..

Esa exigencia es lo que ya ha llevado a los laboratorios farmacéuticos, por ejemplo, a asignar a sus productos un número de serie único. En el ámbito de la salud, la falsificación puede tener consecuencias dramáticas.

Lujo, aviación y licores

En sectores como el de los productos de lujo o los licores, las consecuencias no son tan dramáticas, pero estos sectores también son objeto de falsificaciones que suponen un grave perjuicio para las marcas. « Es muy posible que los fabricantes de coñac, que ya ofrecen a sus clientes la posibilidad de escanear un código QR situado en la botella para validar su origen, vayan un paso más allá y adopten los números de serie, como ya ha hecho el sector farmacéutico o, con el tiempo, incluso la tecnología de la cadena de bloques », apunta Thierry Delpec.

Los bolsos del conocido fabricante francés Louis Vuitton, objeto de copias en todo el mundo, podrían perfectamente seguir el mismo camino que los pollos que vende Carrefour. « La tecnología de bloques constituiría una excelente respuesta al problema de la falsificación en el sector del lujo », prosigue el experto, que plantea también un horizonte totalmente distinto: el de la aeronáutica.

Al igual que en el sector del automóvil, en este sector, en plena expansión, se utiliza un importante ecosistema de subcontratistas. Con la aceleración de los ritmos de producción en un contexto muy globalizado, « los fabricantes de aeronaves deben gestionar un número ingente de subcontratistas y de piezas que llegan de todas partes », subraya Thierry Delpech.

« El seguimiento y la validación de las piezas de los aviones son cada vez más complejos, y recurrir a la cadena de bloques permitiría garantizar totalmente la seguridad de esa cadena de suministro concreta », prosigue el experto de Actemium, que añade: « La cadena de bloques se traduce también en un ahorro de tiempo para la industria y, por tanto, en una mayor agilidad, ya que las cadenas de suministro deben adaptarse cada vez más rápido al mercado ».