Ir directamente al contenido de la página Ir a la navegación principal ir a investigar

La reindustrialización de un país como Francia pasa por la robotización de las cadenas de producción. Sin embargo, esto choca con una grave escasez de competencias en programación. La solución puede hallarse en el desarrollo de aplicaciones “low code”.

Industrial factory employee working in metal manufacturing industry

Inteligencia artificial, realidad aumentada, impresión en 3D, trabajo con datos: en pocos años, la industria ha sabido movilizar una serie de tecnologías de última generación para reforzar el desempeño operativo y económico de sus líneas de producción. Al incorporar cada vez más inteligencia en sus fábricas, las empresas se dotan de medios para analizar, entender, medir, anticipar y adaptar sus procesos.

Pero en un futuro, quizás sea otro el propósito que guíe las inversiones en innovación industrial. Los empresarios tendrán que lidiar con una fuerte presión, o incluso con la escasez de talentos en varias profesiones: operarios de almacén, ingenieros, informáticos, pintores o soldadores. Una de las opciones que se están considerando más seriamente para sortear la escasez de competencias es la robotización.

La reindustrialización de Francia no se producirá sin una aceleración de la robotización”.

Hasta ahora, el despliegue de robots respondía principalmente a la finalidad de liberar a los operarios de los trabajos más pesados, pero ahora también responde a una cuestión vital para la soberanía industrial. “La reindustrialización de Francia no se producirá sin una aceleración de la robotización”, resume Frédéric Boulvert, Innovation Business Engineer en Actemium Rennes y coordinador del grupo de trabajo en robótica avanzada del Club Robotique Actemium.

Reforzar la presencia de robots en talleres y líneas de producción significa ampliar el alcance de las profesiones implicadas y las tareas que se les asignarán. Por tanto, en un futuro habrá que poder programar autómatas para que sean polivalentes, en una lógica de producción industrial “as a service”.

Enfoque agnóstico

Eso significa movilizar recursos para formar a ingenieros y técnicos en lenguajes de programación que quedan rápidamente obsoletos. Para no rendirse debido a la grave escasez de competencias, las empresas tendrán que ir migrando gradualmente hacia la robotización “low code”, y en un futuro “no code”.

¿De qué se trata? De permitir que los operadores modelen sus propias necesidades funcionales y enseñen a los robots a darles respuesta mediante aplicaciones informáticas fuera de línea. Así, con el “low code” ―o “no code”― ya no es necesario ser un experto en informática para indicar a los autómatas los “gestos” que deben reproducir.

Aunque los principales fabricantes de robots industriales (FANUC, KUKA, ABB, Stäubli) ya están comercializando estas aplicaciones destinadas al diseño, la optimización, la simulación o la programación fuera de línea de su maquinaria, “estas ofertas son básicamente soluciones propias exclusivas para los robots de la misma marca”, señala Frédéric Boulvert. De modo que un empresario que haya equipado sus líneas de producción con autómatas de distintas marcas se verá obligado a invertir en otros tantos softwares o licencias de uso, y a prever los consiguientes gastos de formación…

El mercado, por tanto, se está empezando a orientar hacia soluciones más abiertas, técnica y comercialmente agnósticas: Robcad, de la empresa alemana Siemens; DELMIA Robotics, de la francesa Dassault Systems; RoboDK, de la empresa canadiense RoboDK; KMeleon, de la francesa Tesseract Solutions, o D:PLOY, de la compañía danesa  OnRobot.

Algunas soluciones incluso pretenden situar la robótica industrial al alcance del mayor número posible de personas, por ejemplo para la producción de pequeñas series o piezas únicas, difíciles de automatizar debido a los altos costes.

Soluciones multifuncionales

“La mayoría de aplicaciones robóticas ‘low code’ o ‘no code’ actualmente disponibles están destinadas a diferentes funciones profesionales: paletización, soldadura, limpieza de piezas o tratamiento de residuos”, manifiesta Frédéric Boulvert. Por ejemplo, la oficina de proyectos de Actemium Le Mans Intégration ha desarrollado una solución destinada al bin picking(1), que permite determinar el posicionamiento de distintas piezas a granel en un mismo espacio y realizar la manipulación de los objetos.

Pero también están surgiendo soluciones multiprofesionales. A principios de 2023, la start-up parisina Fuzzy Logic Robotics anunció la disponibilidad en línea de su software de simulación y programación “no code” de células robóticas, junto con la documentación y los tutoriales de uso correspondientes.

Pero esta aceleración del despliegue de aplicaciones robóticas “low code” (y en el futuro “no code”) en las líneas de producción, ¿no puede poner en riesgo la profesión de integrador? “La implementación de grandes robots siempre requerirá conocimientos especializados como los nuestros, sobre todo en el ámbito del mantenimiento. En cuanto a las aplicaciones fuera de línea, crearán rápidamente nuevas necesidades a las que podremos responder legítimamente”, afirma Frédéric Boulvert.

*En la industria, acción de desplazar elementos para que puedan utilizarse en las siguientes etapas de producción. 

16/06/2023