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El sector industrial, responsable de aproximadamente una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, debe acelerar su transición energética. ¿En qué punto se encuentran las empresas en los distintos alcances de este complejo proceso? Análisis a cargo de Ali Hamdan, Environment Market Manager en VINCI Energies.

¿Cree usted que el ecosistema industrial está decidido a acelerar su descarbonización?

Ali Hamdan. Podemos constatar una voluntad creciente por parte del ecosistema industrial francés de acelerar su descarbonización. La implicación es real en sectores como el químico, el metalúrgico o el agroalimentario, donde numerosas empresas buscan reducir su huella, optimizar su eficiencia energética e integrar soluciones circulares en sus procesos.

En este sentido, las empresas disponen de varias palancas en cada etapa del proceso de descarbonización: auditorías reglamentarias, supervisión energética, recuperación del calor, electrificación de los procesos industriales, utilización de energías renovables y soluciones de economía circular. Si se les ofrecen soluciones tecnológicas y herramientas eficientes, los fabricantes están dispuestos a comprometerse activamente en la transición. De todos modos, el nivel de madurez varía en función de los sectores y del tamaño de las empresas.

¿Cuáles son los principales obstáculos a esta dinámica?

A.H. Desde el punto de vista cultural, la resistencia al cambio y la falta de sensibilización respecto a los desafíos climáticos suelen limitar el compromiso, principalmente en los sectores tradicionales. Además, las políticas públicas, aunque existen, a veces carecen de claridad, estabilidad o incentivos adecuados, lo que frena las iniciativas. Por último, desde el punto de vista tecnológico y económico, el elevado coste de algunas soluciones, como la captura de CO₂ o la conversión a las energías renovables, y lo que se consideran plazos de retorno de inversión demasiado largos están frenando la adopción de dichas iniciativas.

 ¿La contabilidad del carbono es más o menos difícil según si se trata del alcance 1 o del alcance 2?

A.H. El alcance 1 incluye las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas directamente por la empresa a través de sus actividades (fábricas, oficinas, instalaciones, flota de vehículos) y, a priori, es el alcance en el que la contabilidad de carbono resulta menos difícil. En cambio, el alcance 2 se refiere a las emisiones indirectas resultantes de la producción de energía comprada y consumida (electricidad y redes de calor/frío). Estas emisiones se producen en las instalaciones de los productores y distribuidores de energía y, por tanto, fuera de las instalaciones de la empresa. Las acciones y medidas en este alcance pueden parecer más complejas de implementar y evaluar, ya que dependen en gran parte de los proveedores de energía y de la composición del mix eléctrico, sobre los que las empresas tienen un control indirecto. No obstante, en Francia, el mix eléctrico, que ya está muy descarbonizado ―debido a la gran proporción de energía nuclear y renovable― juega claramente a favor de la industria en el alcance 2. Esta especificidad reduce la huella de carbono asociada al consumo de electricidad y permite a las empresas centrar sus esfuerzos en la optimización de su consumo energético y la transición hacia fuentes aún más sostenibles.

En otros países con un mix eléctrico con más emisiones de carbono, la reducción del alcance 2 resulta más compleja y requiere acciones como la compra de certificados de energía renovable (como garantías de origen) o la instalación de fuentes de energías renovables in situ.

¿El alcance 3 es el más difícil de abordar?

A.H. El alcance 3 incluye las emisiones de GEI indirectas que escapan al control directo de la empresa porque provienen de las actividades propias de una fase anterior o posterior de la cadena de valor (productos comprados y vendidos, transporte…). Por tanto, en estos casos las empresas dependen de las otras partes interesadas, de su nivel de madurez y de las herramientas de que disponen para contabilizar sus propias emisiones. Muy a menudo, la falta de datos medioambientales proporcionados por nuestros proveedores reduce el margen de maniobra de las empresas y su capacidad de cálculo y, por tanto, de optimización y reducción de las emisiones en este alcance 3.


Los ambiciosos objetivos de VINCI Energies

La descarbonización es un eje central para VINCI Energies, que busca desempeñar un papel clave en la transición energética y se ha fijado unos objetivos ambiciosos: reducción del 40% de las emisiones de los alcances 1 y 2 de aquí a 2030 (respecto a 2018).

“Para cumplir con estos compromisos, VINCI Energies está realizando evaluaciones a gran escala, al tiempo que desarrolla soluciones con un bajo impacto medioambiental y adapta sus infraestructuras, proyectos y actividades para mejorar su resiliencia al cambio climático”, señala Ali Hamdan.

Los resultados saltan a la vista, con la reducción de las emisiones de los alcances 1 y 2. VINCI Energies emitió 303 kT CO₂ eq, lo que representa una reducción del 16% de las emisiones de CO₂ eq entre 2018 y 2023. Además, también en 2023, el 30% de la electricidad consumida procedía de fuentes de energías renovables. El grupo también ha reforzado su movilidad eléctrica, con un aumento del 77% de su flota entre 2022 y 2023.


15/09/2025